Estadía de Rommy Morales Olivares en MPIfG
¿Cómo ha sido tu experiencia durante la estadía en el MPIfG? ¿Qué aspectos resaltas más?
Mi experiencia durante la estadía en el MPIfG ha sido realmente maravillosa. Considerando el contexto de pandemia esperaba menos presencia de investigadoras e investigadores, No obstante fui testigo de mucha actividad académica, según lo observado los investigadores están ansiosos de retomar el trabajo en sus oficinas y desarrollar la vida del Instituto con normalidad, luego de un año de teletrabajo. Para mi ha sido mi primera experiencia de trabajo presencial luego de la pandemia, y sin duda ha sido muy revitalizante en términos intelectuales y subjetivos. En primer lugar quisiera destacar la grandiosa organización de la estancia en términos administrativos, recibí total apoyo por parte de la Research Coordinator, el equipo de Reception del MPIfG y el equipo de tecnología. Ellas me han brindado todas las facilidades para que mi estancia académica haya sido lo más productiva posible, desde los aspectos logísticos, materiales, burocráticos hasta aspectos académicos, que sin duda en la práctica son indisociables para un buen desempeño intelectual, y en el MPIfG lo comprenden perfectamente. La biblioteca del Instituto funcionó perfectamente, pudiendo acceder a todos los recursos necesarios para el desarrollo de mis actividades. El aspecto que quisiera destacar es la gran amabilidad y acogida por parte de todo el equipo del MPIfG. Tuve la posibilidad de reunirme con muchas investigadoras e investigadores muy diversos, y la fortuna de reunirme y poder comentar mi trabajo de investigación con dos de los directores del MPIfG. Nada más al llegar, el primer día me reuní con el Profesor Jens Beckert, quién comentó mi trabajo desde su perspectiva teórica, basada en la legitimidad promisoria del neoliberalismo, lo cual fue de suma pertinencia ya que uno de los ejes del análisis de mi proyecto sobre Progreso Económico en la esfera pública en Chile es justamente la idea de legitimidad promisoria como soporte a las ideas de progreso hegemónicas, desde la mirada de J.Beckert, quién definió la legitimidad promisoria como "el apoyo que la autoridad política puede obtener de la credibilidad de las promesas que los líderes políticos hacen con respecto a los estados futuros del mundo para justificar las decisiones y persuadir a los demás para que les sigan en el curso de acción propuesto" (Beckert, 2020: 318). Además me brindó sugerencias claves para el desarrollo de mi estancia en términos académicos. Posteriormente pude reunirme con el Profesor Wolfgang Streeck, actualmente Director Emérito, con quién tuvimos una muy interesante conversación, y brindó comentarios críticos y sustanciales a mi trabajo. Las sugerencias de ambos fueron de un alcance profundo, por lo que servirán para ir delineando el proyecto en el mediano y largo plazo.
¿Qué parte de tu proyecto has desarrollado durante este tiempo?
Mi proyecto se titula Progreso económico y esfera pública en Chile: Reconstrucción de la auto-comprensión, es un proyecto que recién he comenzado a trabajar, por lo tanto he podido avanzar especialmente en la reformulación del diseño de investigación y en la dimensión teórica.
El progreso en un sentido amplio significa la mejora de las condiciones de vida y la forma de vivir juntos de los seres humanos (Wagner, 2016). El progreso es temporal (Koselleck, 2001; Foucault, 2008; Habermas, 1997, 2001) implica una comparación en el tiempo entre un antes y después. Todas las sociedades deben dar respuestas a algunas preocupaciones fundamentales de la convivencia y el progreso económico, bajo las preguntas: ¿Cómo las necesidades materiales de los miembros de la sociedad pueden ser satisfechas?; ¿Cuáles son las reglas para distribuir y cómo se determinan?; ¿Cuáles son los recursos en los que puede contar nuestra vida en común? Si bien existen diferencias en la manera como las naciones resuelven el PE, cabe preguntarse por las diferencias internas o locales que caracterizan la idea de progreso económico. Por ejemplo, que elementos pueden ser calificados de “Exitosos” (Hall y Lamont, 2009) y que discursos disputan su definición (Serrano, 2020).
He podido avanzar en revisar el estado del arte para la tarea de reconstrucción de la auto-comprensión, y de modo incipiente he observado que en la literatura hay 4 elementos particularmente importantes que debo seguir trabajando. Primero, la brecha temporal del progreso económico, en otros términos la distancia con las expectativas de progreso económico, a partir de experiencias, creó una gran brecha entre el pasado y el futuro. El progreso se mueve justamente en ese espacio, es un camino que lleva de las experiencias pasadas limitadas a una eternidad (Bloch, [1961] 1980; Koselleck, 2002), a un futuro mejor. De ese modo, se crea una asimetría semántica entre mejora y deterioro, entre avance y retroceso. Si bien este último no puede descartarse por completo, existe una diferencia importante en su interpretación. Desde arriba, las élites, generalmente lo entienden como línea temporal y el resultado de obstáculos a superar en el curso de su avance. En cambio, los actores territoriales y organizados lo entienden como fallas estructurales, que impedirían su despliegue (utópico) de (posible) perfección. En segundo lugar, la dimensión colectiva del progreso, pues se convierte en un “singular colectivo o agregativo” (Koselleck, 2004; Wagner, 2016) como término comprensivo, de una suma de fenómenos o problemáticas referidas a la dimensión material de la existencia, definidas en la esfera pública. Se erige en un singular colectivo para aunar definiciones y demandas plurales. En tercer lugar, la dimensión jerárquica del progreso es un espacio jerárquico de definiciones, a saber: cuando la sociedad progresa, puede verse como el tema del progreso económico se cristaliza. Detrás de ese proceso están quienes lo definen hegemónicamente en su contenido y sus dominios; aquellos que son objeto de ese progreso, y “sobre” quienes se produce el progreso. En cuarto lugar, el progreso económico posee referentes expresivos, la perspectiva más empírica de J. Beckert en relación al progreso económico y su referente expresivo el neoliberalismo da cuenta de ello. Paradojamente, el progreso económico se concibe originariamente como el desprendimiento de la experiencia y como apertura de un amplio horizonte de expectativas. Pero cuanta más experiencia con respecto al progreso en términos de vivencia, menos expectativa de progreso real permanece. Esto ha pasado con la legitimidad promisoria del neoliberalismo, que ha agotado aparentemente sus justificaciones y ha hecho evidente su debilidad al menos en el caso de Chile. Este avance será presentado y discutido en noviembre durante los seminarios organizados por el MPIfG.
Por ultimo, he podido esbozar algunas líneas comparativas no de este proyecto en concreto, sino de planificar un trabajo colaborativo con una de las investigadoras doctorales del MPIfG, Elizabeth Soer de Sudáfrica. Sudáfrica es uno de los casos nacionales que yo investigo, y con Eliza tenemos varios intereses comunes, ella está desarrollando su tesis de doctorado bajo la supervisión del profesor Jens Beckert, y luego de compartir lecturas mutuas hemos desarrollado un plan de trabajo concreto, en torno a una publicación que verá la luz el 2022.
¿Has podido conocer y/o vincularte con otros investigadores y/o proyectos? ¿Quiénes o cuáles y cómo se vinculan con tus propios intereses académicos?
Tal como mencionaba anteriormente, tuve la oportunidad de reunirme con varios investigadores e investigadoras. Entre ellos 2 de los directores del MPIfG, Jens Beckert y Wolfgang Streeck, y también me reuní y mantuve una comunicación fluida con la Dra. Susan Berger, quién tuvo la excelente idea de presentarme al equipo, por lo que de ese encuentro virtual surgieron otras reuniones formales e informales. Quisiera destacar el apoyo a mi llegada de la Dra. Guadalupe Moreno, quién me enseñó mi oficina, las dependencias del Instituto, y a quién ya conocía por otras actividades virtuales del OTS y en SASE.
Tuve la fortuna de conversar con el investigador Dr. Sebastian Kohl, a quién conocí en el seminario organizado en marzo por el OTS, MPIfG y que trabaja cuestiones de sociología histórica de la economía, específicamente la relación entre la estabilidad del capitalismo y la economía política de la industria de seguros privados a nivel global. También me reuní con el Investigador doctoral, Stephan Gruber con quién coincidimos en varias temáticas de interés, ya que una de sus líneas de trabajo es el análisis de América Latina, y por otro lado la teoría y pensamiento económico. Actualmente está trabajando sobre neoliberalismo en Perú, dónde sin duda hay muchos elementos de comparabilidad con los casos empíricos que yo trabajo.
La conversación con el Dr. Timur Ergen, fue de gran inspiración para mi. Actualmente él está trabajando cuestiones relativas a la problemática ecológica y la innovación social desde el punto de vista de la gobernanza colectiva, lo cual es sugerente para la dimensión del manejo de expectativa en las definiciones de progreso económico desde los actores sociales, en el caso de mi proyecto. Sin duda debo destacar el colectivo que hemos formado con la doctoranda Elizabeth Soer. Ella está interesada en el desarrollo de una sociología de las narrativas e ideologías económicas, y actualmente está trabajando con el caso de Sudáfrica. Sudáfrica es uno de mis casos de estudio, desarrollé el postdoc en Wits University, y he pasado varios periodos ahí desde el 2012. Desarrollé mi investigación doctoral sobre las trayectorias del neoliberalismo en Sudáfrica y Chile, por lo que nuestros trabajos tienen un nivel de coherencia fascinante. Con Elizabeth hemos seguimos trabajando de manera constante, y ya tenemos un plan de trabajo para el desarrollo de un artículo en co-autoría, cuyo titulo provisorio es “The decline of neoliberalism's promising legitimacy in Chile and South Africa. A comparative analysis of their governing coalitions”.
¿Cómo crees que impactará esta estadía en tu desarrollo académico?
Para quienes estudiamos las problemáticas económicas desde una perspectiva sociológica sin duda el MPIfG es un centro de pensamiento de referencia. En mis líneas de investigación y mi interés por el capitalismo contemporáneo en perspectiva comparada, el trabajo del Profesor Wolfgang Streeck es una referencia ineludible del campo; y el trabajo del Profesor Beckert es central para el análisis sociocultural del neoliberalismo, y los problemas de legitimación. En ese sentido poder conversar directamente con ambos investigadores y con los investigadores del MPIfG ha impactado de manera sustantiva en el proyecto que estoy comenzando a desarrollar y ha abierto nuevas interrogantes. En segundo lugar, la estancia me ha permitido tener un plan de trabajo con investigadores del Max Planck - que además trabajan casos nacionales como el de Sudáfrica o en América Latina – sin duda permitirá un diálogo fluido y con sinceridad epistemológica. Como investigadora asociado de Wits University en Sudáfrica en general tengo muchos vínculos y oportunidades de trabajo colaborativo, no obstante el manejo de lenguaje del MPIfG, y el punto de vista teórico común probablemente facilite un diálogo comparativo más fluido y concreto.
En términos formales, la estancia en el MPIfG sin duda aportará a fortalecer mi currículum. En la Universidad de Barcelona dónde soy Profesora Asociada y en la academia española y europea en general es fundamental estar constantemente desarrollando estancias internacionales, no solo en el sur global como ha sido mi caso, sino también en centros europeos. Es requisito formal para avanzar en las acreditaciones que requiere la carrera académica. En síntesis, la estancia ha sido muy provechosa en un sentido formal pero sobre todo sustantivo. Y ha significado enfocar frentes previamente abiertos en torno a la cuestión de cómo abordar la problemática económica en el sur global.
¿Cómo evalúas la presencia, relación, y afinidad del Observatorio de Transformaciones Socioeconómicas (OTS) con el MPIfG?
Además de ser una institución top mundial, el MPIfG es una institución especialmente formal si la comparamos con las instituciones académicas en Chile, con procesos burocráticos muy definidos y planificados, por lo que la realización de cualquier estancia como investigador visitante requiere un procedimiento desarrollado con mucha antelación y una serie de requisitos formales que sin duda serían difíciles de alcanzar de manera individual, para investigadoras o investigadores chilenos. En ese sentido, el OTS brinda un sustrato de legitimidad formal y simbólica evidente. A partir de lo conversado con los directores e investigadores, creo que el OTS tiene un gran prestigio dentro de el MPIfG, es reconocido como una instancia de trabajo serio, de confianza y de alto nivel. Mi sensación es que existe un interés verídico en colaborar y no solo un interés formal o un compromiso adquirido. Creo que aquí los trabajos de Aldo Madariaga y de Felipe González han sido clave. A modo de anécdota, para mi ha sido muy motivante ver el ultimo libro de Madariaga en la estantería en la entrada del edificio del MPIfG, en la sección de novedades. Simbólicamente creo que esa imagen da cuenta de la sincera afinidad del Observatorio de Transformaciones Socioeconómicas (OTS) con el MPIfG.
¿Cuál ha sido tu parte favorita de vivir Colonia (aunque haya sido en pandemia)?
He estado varias veces en Alemania, pero fue mi primera vez en Colonia. Este viaje lo realicé junto a mi familia, mi compañero y mi hija. Nos instalamos en uno de los departamentos del MPIfG a minutos del instituto. Por tanto, una de las partes favoritas que me entregó la estadía en la ciudad fue la posibilidad de compatibilizar la vida laboral intensa del instituto, estar en un despacho totalmente confortable, en un ambiente académico que motivaba al trabajo, aprovechar al máximo la instancia académica, y estar cerca de mi familia. Según lo vivenciado la situación de la pandemia estaba bastante controlada, y los protocolos muy definidos, por lo tanto pudimos tener una vida muy tranquila durante el tiempo de la estancia, poder recorrer la ciudad en bicicleta, conocer sus monumentos históricos, algunas de sus museos, y sobre todo disfrutar de los parques para niños y niñas que hay en cada rincón de la ciudad.
Del mismo modo alrededor de Colonia hay algunos sitios fantásticos para pasar los fines de semana, en los cuales se puede llegar en tren sin problema. Puedo destacar nuestra visita a Winningen, un pueblo productor de vinos donde tenemos grandes amigos locales, y que fue una instancia maravillosa para disfrutar de la naturaleza y los vinos que se producen en la zona. Realmente Colonia en verano es una ciudad que enamora, una ciudad muy amable, y deseamos volver pronto.